Leishmania Canina:
La Leishmania canina es una enfermedad vectorial (transmitida por mosquitos) causada por un parásito protozoo llamado Leishmania, del que existen 7 especies diferentes. Esta constituye una zoonosis (enfermedad que puede ser transmitida al ser humano y que es de declaración obligatoria) y el principal reservorio de la enfermedad lo constituyen los perros. La Leishmaniosis canina afecta a todas las razas de perro aunque se diagnostica con mayor frecuencia en razas grandes. Esto NO es porque tengan una mayor predisposición a padecerla sino porque permanecen muchas más horas en el exterior y por tanto aumenta el riesgo de que sean picados por el insecto que la transmite.
*Actualmente se sabe que NO todos los perros que presentan la leishmania van a mostrar síntomas de esta enfermedad, es decir, que un perro puede tener Leishmania en su organismo pero no desarrollar la enfermedad, incluso parece ser que hay individuos que son resistentes a ella.
El parásito de la leishmania provoca distintos síntomas en cada perro y afecta a órganos diferentes. Aparece por igual en machos que en hembras pero se ha visto que existen dos picos de edad en los que hay mayor posibilidad de que los animales desarrollen esta enfermedad (uno de los picos será hasta los tres años y otro a partir de los siete u ocho).
Según esto será más probable desarrollar esta enfermedad en las etapas de vida en que los perros son algo menos inmuno-competentes. Entre los tres y los siete años, van a ser más resistentes a la enfermedad debido a un sistema inmunológico más maduro.
¿Cómo se transmite la enfermedad?
El protozoo responsable de la leishmania presenta dos estadios morfológicos:
- Promastigote: De forma alargada, con flagelo y móvil que vive dentro del tracto digestivo del mosquito.
- Amastigote: De forma redondeada e inmóvil. Vive dentro de algunas células de los vertebrados, en este caso de los
Los “mosquitos” al “chupar” la sangre de un perro con Leishmania se infectan porque ingieren los macrófagos llenos de amastigotes y una vez que llegan a su intestino se transforman en promastigotes y se multiplican. Si al cabo de unos días este Flebotomo infectado pica a otro perro, le transmite el parásito pudiendo causarle la enfermedad.
*En la actualidad, existen algunas teorías que nos llevan a pensar que existan otras vías poco probables de transmisión de la enfermedad.
Sintomatología de la leishmania:
La sintomatología que presenta esta enfermedad es muy variable e inespecífica, puede producir lesiones muy diversas. Frecuentemente produce lesiones en piel y problemas hepáticos y renales. Los síntomas más frecuentes que se pueden observar:
Síntomas Generales de la leishmania:
- Anorexia (pérdida de apetito).
- Pérdida de peso no justificada.
- Decaimiento.
- Crecimiento exagerado de las uñas.
- Hiperqueratosis (engrosamiento de la capa externa de la piel).
- Epistaxis (sangrado nasal).
- Cojeras.
- Infartación (aumento de tamaño) de los ganglios linfáticos.
- Polidipsia (bebe más agua).
- Poliuria (orina más cantidad).
Síntomas en piel:
- Alopecia.
- Descamación.
- Úlceras.
- Depilación alrededor de los ojos.
- Lesiones costrosas en las orejas.
- Mal aspecto del pelo. Sin brillo y se cae más de lo normal.
Síntomas oculares:
- Conjuntivitis.
- Queratitis (inflamación de la córnea).
- Uveítis (inflamación de parte interna del ojo).
Síntomas digestivos:
- Vómitos.
- Diarreas.
*La Leishmania no tiene por qué producir todos estos problemas de forma total ni parcial en un mismo animal.
Diagnóstico y Pronóstico de la leishmania:
El diagnóstico presenta muchas alternativas y requiere una interpretación correcta de los resultados que obtengamos, no siempre es fácil. Podemos tener un diagnóstico que dice que el perro tiene el parásito pero eso no siempre quiere decir que tenga la enfermedad. Además hay que tener en cuenta el hecho de que aunque encontremos el parásito no quiere decir que éste sea responsable de los síntomas con los que acude al veterinario.
*Existen gran cantidad de técnicas para su diagnóstico, algunas de las más frecuentes son:
- Visualización directa por punción en médula ósea (principalmente en la costilla) o en ganglio.
- Biopsia de piel.
- Serología (valoración del nivel de anticuerpos).
- PCR (valoración de la existencia del parásito).
El pronóstico de la Leishmaniosis canina depende de la importancia de las lesiones de los órganos afectados en el momento del diagnóstico. Los animales diagnosticados y tratados antes de que existan lesiones irreversibles pueden vivir durante muchos años. Un test anual, sobre todo una vez que ha pasado el periodo de actividad del Flebotomo, en otoño, es una buena recomendación para informar a los propietarios, para intentar realizar un diagnóstico temprano del problema. Si el resultado es positivo el veterinario decidirá en función de varios parámetros si es necesario tratar o no al animal, si existe o no existe enfermedad. En cualquier caso instaurará un programa de control sobre el perro para mantenerle vigilado y que Leishmania no cause problemas graves.
Tratamiento de la leishmania:
Los fármacos usados en el tratamiento frente a Leishmania se pueden dividir en dos grupos:
- Los que actúan sobre el parásito como leishmanicidas (destruyéndolo) o como leishmaniostáticos (impidiendo su multiplicación).
- Los que no actúan directamente sobre Leishmania, sino que modulan o regulan la respuesta inmunitaria alterada en el curso de la enfermedad.
- Los que actúan como soporte para contrarrestar las lesiones orgánicas que haya podido provocar la Leishmania.
Los tratamientos se basan generalmente en el uso de varios fármacos y su combinación.
Las dosis y pautas recomendadas, el uso de unos fármacos u otros o de dietas especiales van a variar en función de varios factores como las fases del proceso, las manifestaciones clínicas, la presencia de enfermedades asociadas, etc.
Para controlar la leishmania es fundamental:
- Un diagnóstico temprano.
- Controlar las posibles enfermedades asociadas.
- Tratamiento con los fármacos apropiados durante el tiempo apropiado.
- Revisiones periódicas para evitar las recaídas
Es prácticamente imposible el contagio por contacto directo entre animales o personas; tiene que haber un vector que transmita la enfermedad al inocular el parásito.
Desde un punto de vista sanitario lo que no va a ser admisible es tener un perro con esta enfermedad y no tratarla.
Recomendaciones para prevenir la leishmania:
- Evitar que los perros duerman al aire libre.
- Evitar los paseos en las horas de más actividad del vector (atardecer/amanecer).
- Uso de redes o mosquiteras.
- Uso de productos repelentes en forma de collares ( Scalibor, Taber,…), en forma de pipetas (Effitix,Advantix,…) o en forma de spray.
- Vacunación de los animales frente a la Leishmaniosis (Vacuna Canileish de Virbac o LetiFend de laboratorios Leti).
Para asegurarnos una mayor protección frente a esta fatídica enfermedad, podemos asociar diferentes productos antiparasitarios, que no son excluyentes y que nos pueden dar un mayor margen de seguridad, sobre todo en las épocas de mayor calor, en las que el número de mosquitos aumenta.
Un perro con Leishmania puede llevar con el tratamiento adecuado una vida plena, feliz y tan longeva como la de cualquier otro perro.
Para más información, os dejamos este link a Wikipedia: Leishmania