Hope y una anestesia segura
Anestesia en perros
Son numerosas las ocasiones en las que se nos plantea la necesidad de intervenir a nuestras mascota por algún problema que haya que solucionar, o simplemente por mejorar su bienestar y calidad de vida.
Muchas veces, sobre todo cuando no son cirugías de urgencia o que haya que practicarlas por necesidad, nos encontramos con la negativa de los propietarios a someter a su animal a una anestesia. Esto es por el miedo a qué le ocurrirá, se despertará, etc. Todos esos miedos son lógicos y normales, pero con este artículo os queremos despejar algunas dudas sobre las anestesias, y su evolución con el tiempo. La seguridad que tenemos hoy en día los veterinarios al enfrentarnos a una anestesia, aunque siempre haya que tener en cuenta que una anestesia es un riesgo de por sí.
En estas líneas os vamos a contar como fue la anestesia a la que sometimos a Hope para realizarle una ovariohisterectomía (esterilización).
Una vez que sedamos a la perrita, poco vamos realizando los siguientes procedimientos:
Colocamos un catéter intravenoso, pera tener acceso a su sangre. Esto nos permite poner medicaciones de rápida absorción, poner más o menos anestésicos y sedantes e incluso utilizar fármacos para revertir los efectos de estos últimos. También nos va a permitir tener una vía de entrada de suero, lo que hará que Hope esté hidratada durante toda la cirugía.
Una vez que Hope está anestesiada, lo siguiente que necesitamos es poner un tubo endotraqueal (intubar) para poder tener controlada la vía aérea, por si fuera necesario que ventiláramos sus pulmones de forma manual, y para poder suministrar el anestésico inhalatorio, que es con el que vamos a mantenerla anestesiada toda la cirugía.
Nuestro siguiente paso es colocar el resto de aparatos que nos van a permitir tener monitorizada a Hope, para saber cómo y cuántas veces respira, cómo late su corazón, cuánto oxígeno tiene en su sangre,…
Es muy importante que tengamos controlada también su presión arterial, porque nos servirá para detectar problemas circulatorios.
También vamos a necesitar controlar la temperatura corporal para evitar hipotermias. Esto lo conseguimos con mantas eléctricas de calor y calentando los sueros que vamos a utilizar en las cirugías.
Todos estos parámetros que os hemos ido contando anteriormente, los controlamos a través de nuestro monitor multiparamétrico
Aquí os dejamos un vídeo cortito para que podáis ver como funciona el monitor durante una cirugía.
Cuando nuestro monitor detecta un fallo, empiezan a sonar las alarmas para que podamos identificarlo y actuar con rapidez. Y en este momento, es cuando el veterinario debe poner en práctica sus conocimientos para solucionar el problema o problemas que pudieran estar ocurriendo.
Estas son dos imágenes que os queremos dejar de Hope cuando terminamos su cirugía. Su pequeña cicatriz y cuando se despertaba de su anestesia, de una forma muy tranquila. La pequeña, se fue a casa despierta y con ganas de estar en su cama con su familia. En un par de días estaba muy recuperada y con ganas de comer y jugar como si nada hubiera pasado.
En este artículo hemos intentando quitarle «hierro» al asunto, pero no debemos olvidar nunca que una cirugía es algo complicado, y evidentemente siempre conllevará un riesgo desde el primer momento en el que comenzamos a premedicar a nuestro paciente y hasta que lo despertamos, porque se trata de seres vivos y cada uno reacciona de una manera ante situaciones distintas.
Lo que pretendemos con estas líneas es que quede la idea clara, de que si se cuenta con los medios y los conocimientos adecuados, todos esos riesgos se minimizan muchísimo, y es en ese momento cuando merece la pena ponernos en manos de nuestro veterinario, porque será él el que valore la necesidad de someter a nuestro animal a una intervención quirúrgica y por consiguiente, a una anestesia.